- Entrevista a David Ramírez Lara, el muerto.
Sagrario Callejas
El autor fue asistente hace años del doctor Juan José Barrientos, quien la revisó y editó este texto que aquí publicamos.
¿Cómo se inició usted en el periodismo?
Yo empecé muy chico, con un periodiquito que se llamaba “Voz infantil”, en la primaria. El maestro Salvador Valencia quería hacer un periódico mural, y yo le dije: ¿Por qué no lo hacemos mejor impreso? Y él me dijo: sale muy caro, niño, sale en $60.00 hacer quinientos ejemplares. Yo le dije que conseguía la publicidad y reuní un poquito más de los 60.00- el primer ejemplar que se hizo, yo lo esperé con un ansia.
Luego, me fui a la preparatoria… y ahí era el primer bullying, el que entraba a la prepa lo rapaban y yo lo recuerdo con mucho agrado, y como era yo muy flaco y mi hermano también, pues éramos “los muertos”, pero el muerto más conocido de Xalapa fui yo…y fundé el primer periódico juvenil, que se llamaba La Crónica. Yo creo que es el periódico estudiantil que más ha tenido pegue.
No tengo un álbum … Yo tenía los ejemplares empastados; pero en la preparatoria querían exhibir los periódicos, y no faltó quién se lo robara, luego; yo por quedar bien con alguno de ellos, los regalé.
Me decía Pepe Rojano que era constructor, “Oye, ¿no tienes un periodiquito de las hazañas de la natación?, y le dije que lo tenía en el álbum, y le dije que se lo arrancaba y se lo daba, y me dijo: “No, no lo arranques, ponle precio al álbum, lo que quieras te doy”.
¿Qué cree que me dio? Un viaje a España, pero no una vez, me mandó dos veces, él me mandó a Inglaterra, Francia y a España.
Entonces usted empezó desde chiquito, en la prepa hace Prepa Ra rá, en este periódico veo que ya tenía varios colaboradores, ¿y siempre eran los mismos?
Recuerdo a Norberto Guzmán, el músico, que escribía bien, muy bien, y había uno que le decíamos el pollo, muy bueno e inteligente, se llama Rafael Ortega, no es muy conocido, él hacía las editoriales. Carlos Juan (Islas) hacía los versos de las calaveras, Helio Flores, sus primeras caricaturas Yo escribía la sección Tres y tantos, y me pueden acusar de bullying, porque a muchos les puse apodos. Había el Bola de humo [el profesor de matemáticas Sergio Valdés], el Pajarito [el Lic. Hernández Quiroz], yo los hacía populares…
La crónica …fue el primer periódico juvenil que salía a las calles. Y me decía: ¿Se irá a vender? … No se vendía, se esfumaba, estaban las calaveras, y al rato no había una, tenía que dar doble tiraje, ahora esto me ha permitido, viajar por el mundo, después de que ya lo tomé en serio.
Entonces del de Prepa rará cuántos números habrá sacado…
Unos 120, y de La crónica casi 300, y del de Vida estudiantil sólo saqué unos tres, porque no hubo apoyo. De la Crónica sí, uno publicaba todo lo que uno quería, ahí publicaba Pepe Alfaro, Carlos Juan Islas, y famoso, famoso Fidel Herrera,
Me dice usted que con el primer periódico que hizo usted consiguió los patrocinadores, con el de Prepa ra rá ¿fue lo mismo?
Arturo Llorente González, fue el tercer rector de la UV en el 50, y él me apoyó para hacer el periódico la Crónica.
La imprenta era la Editora de Gobierno … Para mí el mejor gobernador se llama Antonio M. Quirasco. No sólo me daba oportunidad de imprimirlos ahí, también me daba el papel, platicaba uno con él en el parque, salía de su casa sin guaruras, caminando, vivía en Altamirano y bajaba al palacio, entonces él venía caminando y yo le hablé y me dice: ¿Qué pasó chamaco?, y le platico: “Ya me están imprimiendo ahí, deme facilidad para seguir”, y me dice: “Cuenta con el papel”.
¿Este papel, siempre fue de cuatro hojas?
No, hubo uno que era más grande, y cada aniversario hacía Prepa ra rá en revista.
¿Usted qué sección hacía?
Yo escribía siempre la primera plana, y se publicaban los chismes que salían.
¿Y luego?
Cuando entré a la Facultad de Periodismo se sentó conmigo Jorge Malpica, y nos preguntábamos que a qué nos dedicábamos, yo era maestro de primarias, y él trabajaba en El Dictamen, era el dueño. Yo no me recibí porque van dos veces que me nombran inspector escolar; mi hermano, él si se recibió de licenciado en periodismo. En El Dictamen fui jefe de corresponsales, era una distinción porque El Dictamen se vendía tanto como el Diario de Xalapa.
¿Nunca tuvo un periódico propio?
Cuando ya no hice el periódico estudiantil quise hacer un diario, y compro un edificio en Juárez, que es en donde vive mi señora porque yo ya me divorcié; lo mejor que ha nacido de mi como periodista ha sido mi hija, ahí está un álbum, todo se encadena, no se puede hablar de partes aisladas.
Ahí en Juárez tenía el mejor linotipo de todos los tiempos habidos y por haber, era el 21, ese me lo dio Jorge Malpica –la imprenta era un monstruo, era de 5 toneladas. Pero tronaba la maquinaria y me corrieron los vecinos, tenía que imprimir en la tarde por el ruido, porque era una maquinota, pero los linotipos esos si eran buenos.
Fracasé en el periodismo, pero más me hubiera dolido no haberlo intentado. No tengo diario ni periódico. Sigo escribiendo y a mis 80 años no lo hace cualquiera, pues quiero echar a funcionar mi cerebro. Yo rutinariamente tarde o mañana, me tomo un café en el Bola de oro, donde todo mundo opina de política, hay mucho intelectual, sólo que son intelectuales de café.
SC: Y lo sigue ejerciendo.
Ahí está, publico la sección de Apuntes de Café, en la revista de Análisis Político.