Visibilizar el problema de los desaparecidos en el país es parte sustancial de nuestro atento llamado de conciencia para asumir el compromiso de actuar con visión humanista y así construir una cultura de mayor igualdad, respeto y paz, así lo considera la Universidad Veracruzana que preside la rectora Sara Ladrón de Guevara en un comunicado emitido este viernes.
Con el titular “Una madre nunca olvida: un dolor infinito”, la Dirección General de Comunicación Universitaria informa que la Máxima Casa de Estudios editó Porque la lucha por un hijo no termina y una madre nunca olvida.
En este volumen, Celia del Palacio recoge historias de vida relatadas por miembros del Colectivo Familias de Desaparecidos Orizaba-Córdoba, y Daniel G. M. presenta fotografías de los mismos informantes.
Recientemente el libro fue presentado en Orizaba. Este 5 de febrero queremos visibilizar en nuestro comunicado el problema de los desaparecidos en el país y para ello retomamos un fragmento de la participación de nuestra rectora, Sara Ladrón de Guevara, en dicho evento:
“Leer algunos de los testimonios recopilados en este volumen revela con crudeza los pesares, la rudeza de las experiencias. Intentar describirlos da lugar solo a un llanto, y mis descripciones no podrían más que expresar el dolor compartido.
Un dolor infinito
Una herida que no cicatriza
Un yugo que no se aligera
Una ansiedad que no se aquieta
Un hueco en el alma y en el cuerpo
Un sentir que no encuentra palabra que explique
Una historia que no concluye
Un alivio que no se halla
Un mal que a nadie se desea
Un pesar que no se alivia
Un horror inconcebible aun si fuese solo uno, pero que se multiplica por miles y miles y miles
Un Estado que no da respuesta
Un gobierno, tras un gobierno, tras un gobierno que no actúa
Una madre que no descansa
Un amigo que no entiende
Una familia incompleta
Un llanto que no se seca
Un luto sin tumba
Un entierro sin lápida
Una piedra sin epitafio
Un mensaje que no llega
Una voz que se quiebra
Una más que no se escucha
Una imagen detenida
Unos ojos que no encuentran la mirada amada
Unos brazos que extrañan el abrazo
Un tiempo que no acaba
Una búsqueda ciega
Una pesquisa sin pista
Una huella sin impronta
Un amor incompleto
Una esperanza insensata
Un hijo desaparecido
Un México injusto
Pero aquí seguimos, alzando las voces e imprimiendo historias, mirando los rostros de los desaparecidos en fotos que portan sus familiares, las mismas que llevan en la memoria y en el corazón. Las que reviven en sueños para amanecer en pesadillas, concluye.