Juan Alberto Hernández Ortiz
Esta es una de esas noticias que suelen a veces pasar sin pena ni gloria, sin embargo, creí necesario retomarlo. Recientemente, la Dirección General de Prevención y Reinserción Social, mediante un gran trabajo de gestión, obtuvo de la revista Algarabía la donación de 8 mil ejemplares, mismos que fueron clasificados (son distintos número de la revista) para que cada uno de los centros penitenciarios de la entidad recibiera revistas suficientes para acrecentar el material con que cuentan sus Círculos de lectura. De formato singular –a tamaño medio oficio vertical-, el contenido de esta publicación es de índole variada, y se resume en el lema de la misma: léeme y sabrás.
Imagine el lector que muchas de las personas recluidas en las cárceles veracruzanas delinquen en parte por su bajísimo índice educativo o incluso analfabetismo, ahora trate de imaginar lo que el aprender a leer y escribir puede hacer sentir a una persona adulta, quien hasta entonces vivió con la sensación de la marginalidad por su ignorancia. Se sabe que entre los programas de reinserción con que cuenta la entidad el factor educativo es uno de los más sólidos, los hay desde alfabetización hasta algunas licenciaturas, con lo que quienes entraron purgando una condena por algún delito no serán exactamente las mismas personas una vez que las hayan cumplido. Habrán creado altas expectativas de vida una vez liberados, y podrán reintegrarse de una manera más positiva y productiva a la sociedad.
De continuo se ha expresado que la cultura es la mejor inversión que puede darse a la humanidad, y es que, en el caso de la lectura, cuando se lee inconscientemente comienza a mediar distancia de la ignorancia; nace paulatinamente una sensación de querer saber más, de conocer otras publicaciones, otros autores, otras historias… la lectura -si bien es una actividad físicamente pasiva- siembra en las lectoras y lectores la semilla de la curiosidad, de la reflexión, de un ver más allá del mundo circundante.
La lectura y la escritura también van de la mano, muestra de ello es que internas de centros de reinserción veracruzanos han obtenido primer lugar nacional de narrativa carcelaria femenina, y tres primeros lugares en poesía femenina. Trate de concebir, amable lectora o lector, lo que estas distinciones motivan a quienes las obtuvieron. Y en esto recibir la donación de ejemplares de una revista de alto contenido cultural habrá de germinar en estas mujeres las ganas de superación personal, pero también en cada interna o interno que se dé un tiempo para leer, para despertar su capacidad de concentración, de reflexión y creatividad.
Apostar por la reinserción mediante la educación, el deporte y la cultura es sin duda un camino un tanto largo y sinuoso, pero sin duda el más seguro para hacer gente de bien a la población penitenciaria en Veracruz, la revista Algarabía así lo cree, y se espera se haga eco de otras publicaciones y editoriales, en beneficio de la sociedad
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